Lo que debes saber sobre el popó de tu bebé

Durante los primeros meses de vida, las deposiciones pueden variar en frecuencia, color y consistencia, según su ciclo intestinal.

​​​Un tema que genera dudas entre madres y padres primerizos es el relacionado con la digestión de su bebé. Si bien hay patrones comunes, estos pueden variar de acuerdo con el organismo de cada recién nacido.

Después del parto, la primera evacuación de un bebé recibe el nombre de meconio. Esta es de color oscuro, consistencia viscosa y se forma a partir de células muertas y otras secreciones del sistema digestivo durante la gestación.

Idealmente, el meconio es expulsado durante las primeras horas de vida, pero puede tardarse hasta dos días. Si pasadas 48 horas tu bebé no lo evacúa, debes consultar con tu médico tratante, ya que puede tratarse de alguna enfermedad no detectada inicialmente.

¿Qué pasa después?

Durante el primer mes de vida, pueden ocurrir dos cosas: que tu bebé evacúe varias veces al día, normalmente después de comer; o que sus deposiciones sean menos frecuentes, defecando cada dos o tres días.

Ambos casos son normales y no deben alarmarte si el color del popó es entre amarillo y café claro, y si tiene una consistencia blanda. A medida que el bebé crece, su sistema digestivo también madura y la frecuencia de sus evacuaciones se vuelve más regular.

En ocasiones, la apariencia y frecuencia de las deposiciones puede darte información sobre el estado de salud de tu hijo. Si sufre de estreñimi​ento, puede tardarse varios días en evacuar y el popó se presenta en forma de bolitas secas (heces caprinas). ​​

Si tiene diarrea, la frecuencia aumenta y aparecen otros síntomas como vómito, malestar, fiebre, disminución del apetito, entre otros. Si en la familia hay antecedentes de alergia a la proteína de la leche, tu bebé podría desarrollarla y expresarlo a través de llanto constante, deposiciones explosivas y con sangre en algunos casos.

La alergia a la proteína de la leche (bien sea materna o de vaca) no debe confundirse con la intolerancia a la lactosa, pues esta última es un carbohidrato.

En suma, estar atento a la digestión de tu bebé y observar cuidadosamente los cambios en sus deposiciones diarias, te ayudará a detectar posibles enfermedades y a actuar oportunamente para asegurar un buen crecimiento y desarrollo.

Consulta con tu pediatra si las deposiciones de tu bebé contienen sangre o moco, y si están acompañadas de otros síntomas como fiebre, vómito y malestar general.​​

Fuente:

Alexandra Flórez

Pediatra Salud SURA

Fecha de publicación: julio 13 de 2019.

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